Horno de barro: cocción lenta y siempre el punto justo
Horno de barro: cocción lenta y siempre el punto justo
Cuando un alimento se somete a las altas temperaturas en un horno, la superficie es la primera en calentarse, y comienza a perder agua, que pasará al aire. Gradualmente va formándose una costra superficial.
En un horno fuerte esa costra se forma muy pronto, y puede incluso llegar a quemarse el exterior mientras el interior permanece crudo. En el horno de barro, la cocción es más lenta y pareja, logrando ese punto ideal en la carne en que llega casi a deshacerse.
¿Por qué elegir un horno de barro?
- Máximo aprovechamiento de la energía: gracias a los materiales de fabricación el calor en su interior se mantiene por varias horas y permiten que realizar comidas diferentes a lo largo del día, sin gastar mucha energía.
- Menos utensilios y rejillas para lavar: permite ahorrar tiempo, esfuerzo en limpieza y utilizas menos recipientes debido a que se puede cocinar en el suelo del horno.
- Se puedes cocinar en él una gran cantidad de alimentos: desde piezas grandes de carne aprovechando el máximo calor, hasta alimentos más sencillos como pizzas, tartas, asados o gratinados, entre otras tantas comidas. Lo mejor es que el sabor es tan diferente como delicioso, así como la textura y el aroma.
- Ofrecen alimentos realmente saludables: el horno de barro cocina los alimentos de forma homogénea, teniendo como resultado carnes jugosas y con mucho menos cantidad de grasa.
- Reduces el impacto ambiental ya que no contamina con emisiones de CO2: al mismo tiempo minimizas el gasto en la factura del gas y el uso de otros combustibles. El tener un horno de barro en el hogar es una manera de mantener la tradición de los antepasados, y al mismo tiempo cocinar buenas comidas para compartir entre familiares y amigos y sin contaminar el ambiente.