El helado te hace feliz

El helado te hace feliz

El helado te hace feliz


Comer helado nos hace felices: es satisfactorio y nos hace sentir como niños de nuevo. Degustar un cucurucho o una taza provoca emociones positivas, esto también ha sido confirmado por los estudiosos. Una investigación del Instituto de Psiquiatría de Londres ha demostrado que comer una cucharadita de helado activa los mismos receptores de placer en el cerebro que cuando te toca la lotería o escuchas tu música favorita.

Es por eso que nos hemos tomado el tiempo de escribir sobre las tres razones por las cuales es bueno comer halado. Leamos entonces:

Tres buenas razones para comer helado

1 - Porque levanta la moral y es bueno para el espíritu. El helado es bueno para el ánimo y transmite placer psicofísico. La fuerte sensación emocional de placer y felicidad, al degustar un helado, está sin duda ligada a la imagen que cada uno de nosotros tiene de este producto, pero es sobre todo atribuible a algunas de sus características particulares, como el dulzor y la cremosidad, la frescura, su consistencia suave y aterciopelada, pero también, a veces y por contraste, crujiente y dura, sobre todo en los helados que están formados por muchos componentes diferentes como la galleta, el chocolate picado, las avellanas picadas y las almendras. Por todo ello, el helado produce bienestar, energía, vitalidad y ganas de vivir.

2 - Porque nos ofrece un momento de convivencia. Comer el principal alimento del verano no sólo es gratificante, sino que también puede convertirse en un momento de socialización, y no podía ser de otra manera dado que el helado ostenta una dimensión verdaderamente extrovertida, capaz como es de entretener, crear momentos de felicidad y de ocio.

3 - Por sus características nutricionales. Es una fuente de proteínas de alto valor biológico; de azúcares como la lactosa y la sacarosa y la fructosa de las frutas, azúcares de rápida absorción que dan energía lista para ser utilizada; contiene las grasas que le dan suavidad y palatabilidad y pueden ser de origen animal o vegetal. Sin embargo, hay que prestar atención a la posible presencia de grasas hidrogenadas, evitando así también los indeseables ácidos grasos trans. El helado también contiene vitaminas y sales minerales, que pueden variar según el sabor del helado que se elija: vitaminas A y B2, calcio y fósforo procedentes de la leche y la crema; potasio y vitamina C de la fruta; vitamina E y ácidos grasos poliinsaturados de la fruta aceitosa; también podemos encontrar elementos antioxidantes del cacao y el café. Si luego añadimos el cucurucho o un par de barquillos o una galleta, que son a base de cereales, la composición nutricional del helado se enriquece con almidón, siendo así más completa. El agua también es un componente importante, de hecho, el helado es en realidad un líquido que se lleva al estado sólido a través del frío. La cantidad de agua presente en un helado varía, los helados de fruta tienen más que los de crema mientras que los batidos y los granizados tienen más que todos.